La Navidad es una celebración llena de símbolos, de los cuales a menudo desconocemos el origen, su historia y la evolución que tuvieron en el transcurso del tiempo. Por eso vamos a analizar los principales símbolos que han cobrado importancia en nuestro tiempo y que representan diversas ideas y tradiciones de otras épocas.

El árbol de Navidad

Comencemos con el Árbol de Navidad. Es poco sabido que este símbolo se utilizaba desde tiempos muy anteriores al cristianismo. Para los Nórdicos, o Vikingos, representaba al Yggdrasil, un árbol mítico que albergaba en total nueve reinos.

Árbol Yggdrasil

Algunos de estos nombres recientemente se han popularizado en la cultura de masas debido a los filmes que abordan aventuras de dioses vikingos como Thor, Odín o Loki, pero la cultura nórdica es mucho más rica de lo que estos filmes nos permiten conocer. Y para nosotros, lo más importante es que este folclore dio origen al símbolo del Árbol navideño, hoy tan presente en nuestras festividades decembrinas y se dice que este símbolo surgió porque, para evangelizar a los nórdicos, tal como lo hicieron en muchas otras latitudes, los monjes introdujeron en la tradición vikinga costumbres y simbolismos relacionados con la religión cristiana.

Por ejemplo, se cuenta que San Bonifacio (680-754), evangelizador de Alemania, tomó un hacha y cortó un árbol que representaba al Yggdrasil (aunque también pudo ser un árbol consagrado a Thor), y en su lugar plantó un pino, que por ser perenne, simbolizó el amor de Dios, adornándolo con manzanas y velas. Las manzanas simbolizaban el pecado original y las tentaciones, mientras que las velas representaban la luz de Jesucristo como luz del mundo. Conforme pasó el tiempo, las manzanas y las velas, se transformaron en esferas, luces y otros adornos.[2]

Árbol de Navidad.

Otros símbolos añadidos al árbol y que estaban relacionados con el cristianismo fueron:

• La estrella: colocada generalmente en la punta del árbol, representa la fe que debe guiar la vida del cristiano, recordando a la estrella de Belén.
• Lazos: Siempre se ha pensado que los lazos representan la unión de las familias y personas queridas alrededor de dones que se desean dar y recibir.

Así fue como el árbol de Navidad se convirtió en recordatorio del árbol del Paraíso de cuyos frutos comieron Adán y Eva, y de donde vino el pecado original. La forma triangular del árbol (por ser generalmente una conífera, con particular incidencia del abeto) representó a la Santísima Trinidad.

El Nacimiento

Muchos nacimientos mexicanos incluyen motivos y estereotipos muy propios de nuestra cultura, lo cual los hace ser bastante pintorescos.

En el seno familiar, especialmente en México, la tradición del árbol navideño coexiste con la costumbre de instalar “nacimientos”, o representaciones hechas de barro o cerámica que escenifican el nacimiento de Cristo.

De acuerdo con la leyenda, el origen del nacimiento se remonta a la época de Giovanni Bernardone (1182-1226), mejor conocido como San Francisco de Asís, quien fue el primero en instalar un nacimiento viviente para ejemplificar el nacimiento de Jesús. La fecha exacta es desconocida, pero pudo haber sido en 1223. Ya habiendo fundado la orden franciscana, él recorría las poblaciones de su natal Italia con el fin de predicar la palabra. En ese invierno de 1223, mientras andaba cerca de Rieti, lo sorprendió la Navidad en la ermita de Greccio; ahí se inspiró y reprodujo el nacimiento del niño Jesús. Ayudado por otros clérigos, construyó una casita de paja, un portal y un pesebre, e invitó a todos los lugareños a integrarse en una escena viviente, con José y María, el niño recién nacido, los pastores, y hasta un buey y un burro para mayor veracidad. [3]

La tradición se arraigó en Europa y durante mucho tiempo se crearon nacimientos vivientes hasta el siglo XV, cuando se cuenta que el Rey Carlos III, ordenó que se crearan figuras de barro para representar a los participantes del nacimiento.

Muchos nacimientos mexicanos incluyen motivos y estereotipos muy propios de nuestra cultura, lo cual los hace ser bastante pintorescos. Así, podemos ver representaciones del cartero, el globero, el aguador, la taquera, el panadero, el organillero, etcétera. No existen límites para la imaginación. Y otra cosa que sobrepasa lo pintoresco para entrar en el reino de lo absurdo, es el tamaño de algunas de las figuras. No es nada raro encontrar que el Niño Dios sea casi del mismo tamaño que José y María, o mayor que los borregos. O, por el contrario, unos Reyes Magos gigantes y un niño naciente en miniatura. Por otro lado, debemos hacer referencia a las luces que decoran los nacimientos. Hoy en día es cada vez más común contar con las guías intermitentes de colores, entre las cuales sobresalen aquellas con música. En hogares más tradicionales aún se utilizan las velas de cera o parafina con el fin de iluminar los nacimientos o, incluso, los pinos; no obstante, y por razones obvias, aquí se debe tener sumo cuidado para evitar incendios. [4]

Los símbolos presentes en el nacimiento según la tradición católica son los siguientes:

• el pesebre simboliza la sencillez y la humildad
• José representa la obediencia y la fortaleza
• María, fidelidad y amor a Dios
• el Niño Jesús, el amor al mundo
• el buey representa la calidez hogareña
• el burro es la criatura más humilde de la creación
• el ángel transmite la bondad, misericordia y amor divinos
• los Tres Reyes con sus obsequios de oro, incienso y mirra, simbolizan el reconocimiento de la naturaleza real y divina, además de la pasión y muerte de Jesús
• los pastores simbolizan la sencillez, alegría y responsabilidad de quienes atienden a su rebaño
• las ovejas son sinónimo de obediencia y docilidad
• el musgo es la hierba que es pisada por los pies de todos, sean humildes o sean potentados
• la estrella simboliza el luminoso renacimiento que disipa las tinieblas en derredor[5]

El compañero malo de Santa Claus

Santa y Krampus

Y ahora analicemos una figura muy poco conocida en México, pero que cada vez está cobrando más importancia en Europa. Se trata de Krampus, el compañero malvado de Santa Claus.

Mucho se sabe de Santa Claus y su relación con el obispo italiano Nicolás de Bari famoso por regalar a las doncellas pobres obsequios para que tuvieran dote y pudieran contraer nupcias, pues sin ella no tendrían pretendientes.

Sin embargo, y nuevamente mirando hacia los países nórdicos, encontramos que la tradición cuenta que Santa Claus iba acompañado por lo que podríamos llamar un “compañero malvado”. ¿Cuál era su función? Pues bien, Krampus, es un demonio, sirviente de San Nicolás, que se encarga de castigar a los niños malos en las vísperas a Navidad, y meterlos en su saco. Les enseña que el mal siempre se inclina ante el bien. Es proveniente de Europa y muy común en las aldeas de los Alpes.

Krampus, es un demonio, sirviente de San Nicolás, que se encarga de castigar a los niños malos en las vísperas a Navidad.

Y últimamente se está poniendo de moda en Alemania y Austria, donde la sociedad está tratando de recobrar parte de su identidad cultural y por eso, recientemente han adoptado la costumbre de que los adultos se disfracen de Krampus en navidad y salgan a las calles a darles un susto a los niños y también a los no tan niños.[6]

 Esta recuperación de antiguas tradiciones es una tendencia que se está popularizando en el mundo, pues las poblaciones locales están volviendo la vista a sus raíces. El caso de Krampus es importante porque se está recuperando un símbolo muy anterior a Santa Claus y al cristianismo incluso, pues se cree que forma parte del folclore de los Alpes y es un personaje de las costumbres pre-cristianas.[7]

El niño dios.

Ahora regresemos a personajes un poco más amables, como “el niño Dios”, que es venerado en México y se le asocia con elementos prehispánicos formando una serie de tradiciones únicas, como el consumo de tamales, panes prehispánicos, en la celebración del Día de la Candelaria, fecha en la que, además, se viste a una representación en cerámica o barro del niño dios con nuevas ropas. Prueba de los orígenes prehispánicos de la representación mexicana del niño dios, es que en ocasiones se le atavía con vestimentas propias de la cultura Azteca.

Corona de adviento

La corona de Adviento es una tradición cristiana que simboliza el transcurso de las cuatro semanas del Adviento, es decir, las 4 semanas previas a la navidad. Consiste en una coronade ramas (generalmente de pino o abeto) con cuatro (o en ocasiones cinco) velas. Comenzando el primer domingo de Adviento, el encendido de una vela puede acompañarse de la lectura de la Biblia y oraciones. Durante las siguientes tres semanas se encienden el resto de las velas hasta que, en la semana anterior a la Navidad, las cuatro velas están encendidas.

Pero nuevamente, la tradición del Adviento tiene orígenes propios, y datan de hace más de dos mil años. El anillo o corona de ramas de árbol perenne decorado con velas era un símbolo en el norte de Europa mucho antes de la llegada del cristianismo, que al igual que con otras tradiciones acabó siendo integrado en su simbología. El círculo es un símbolo universal relacionado con el ciclo ininterrumpido de las estaciones, mientras que las hojas perennes y las velas encendidas significan la persistencia de la vida en mitad del duro y oscuro invierno. Algunas fuentes sugieren que la corona, reinterpretada como un símbolo cristiano, era de uso común en la Edad Media, mientras que otras consideran que no se estableció como tradición cristiana hasta el siglo XVI en Alemania.[8]

Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Dotaron a la corona de una gran variedad de símbolos:

• La forma circular: El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno. 
• Las ramas verdes de árbol perenne simbolizan la gracia de Dios que es eterna.
• El listón rojo: Este representa el amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve. 
• Las cuatro velas: Se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento. Las familias acostumbran hacer una oración antes de encenderlas.

El término "Adviento" viene del latín adventus, que significa venida, llegada.

Normalmente, los domingos de Adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la Corona de Adviento. Algunas personas leen la Biblia y realizan alguna meditación. Muchas personas llevan la corona para que sea bendecida por el sacerdote.[9]

Conclusión

Como podemos ver a través de las revisiones de los símbolos navideños que realizamos en este texto, aquellos conceptos y representaciones que hoy conforman la celebración de la navidad tienen orígenes en antiguas religiones y, en México, incluso debe tomarse en cuenta temas como el de la pastorela y la piñata. Todos ellos adaptados a partir de antiguos folclores y mitologías por parte de la religión cristiana que hoy predomina en el mundo occidental.l