La lectura sigue siendo, a pesar del innegable empuje digital, una habilidad fundamental y una herramienta transformadora en la vida de nuestros estudiantes. La doctora Inger Enkvist, en esta conferencia, nos invita a reflexionar sobre la importancia de fomentar la lectura, no solo como una habilidad académica, sino como un pilar para el desarrollo integral del individuo. El siguiente texto es una aproximación al contenido de su conferencia accesible en: La importancia de la lectura en la era digital


 

1. Las etapas de la lectura y la responsabilidad compartida

 

El camino hacia la lectura competente es un proceso gradual que inicia mucho antes de la escuela.

 

  • Antes de la Primaria (0-6 años): La fundación lingüística. En esta etapa, el niño aprende la lengua en casa, escuchando a sus padres, quienes son los principales responsables de su comunicación y vocabulario. Una interacción verbal limitada en el hogar puede generar problemas futuros para el niño.
  • En la Primaria (6-10 años): aprender a leer y a ser alumno. La gran tarea de la primaria es enseñar a leer. Paralelamente, los alumnos aprenden a comportarse como estudiantes, a ser puntuales, a prestar atención y a tomar notas. La maestra de primaria enseña ambas cosas a la vez.

Un dato crucial es la disparidad entre las horas dedicadas a la enseñanza de la lectura en la escuela (aproximadamente 400 horas en la mayoría de los países) y las horas necesarias para convertirse en un buen lector (unas 4,000 horas). Esto subraya que, si el alumno no se convierte en un lector por placer, nunca será un buen lector. La escuela no tiene el tiempo suficiente para lograrlo por sí sola.

La responsabilidad para que el niño sea un buen lector es compartida entre el maestro y los padres. Los docentes pueden presentar textos y animar, pero los padres deben apoyar la lectura en casa.

  • En la Secundaria (11-16 años): leer para aprender y adquirir conocimientos precisos.

En la primera etapa de secundaria (11-13 años), los alumnos deben leer para aprender. Esto presupone que ya saben leer de manera fluida y con comprensión; de lo contrario, les resultará imposible aprender las materias. También adquieren una orientación en diferentes materias (geografía, historia, biología, literatura). La lectura no debe ser un obstáculo en sí misma. Es en esta etapa donde es difícil fomentar el placer por la lectura.

En la segunda etapa (14-16 años), los alumnos adquieren conocimientos más precisos en áreas como biología, química y física, y leen textos más largos y sofisticados en literatura e historia. Trabajan con el concepto del punto de vista del narrador. Todo esto presupone haber pasado por las etapas anteriores con éxito.

La responsabilidad sigue siendo de maestros, padres y alumnos. Los padres deben apoyar, mostrar interés y proporcionar un ambiente hogareño tranquilo, limitando el tiempo ante las pantallas.

Enkvist advierte que la política educativa que no respeta estas etapas de desarrollo y aprendizaje puede destruir el sistema, ya que los estudiantes no pueden comprender si no han adquirido las bases previas.


 

2. La vital importancia del vocabulario

 

El vocabulario es un pilar fundamental del aprendizaje y la comprensión.

 

  • Al ingresar a la escuela, la diferencia de vocabulario entre niños puede ser abismal (de 1,000 a 6,000 palabras), dependiendo de la convivencia verbal en el hogar.
  • La escuela tiene la responsabilidad de ayudar a quienes tienen un vocabulario restringido, y el método más efectivo es dotarlos de maestras con una excelente formación lingüística e intelectual. Un profesor con un vocabulario limitado estancará al niño, especialmente a los más desfavorecidos.
  • Los alumnos aprenden del programa, pero también de cómo habla el profesor. Quienes llegan con más vocabulario aprenden más rápido, lo que crea una injusticia.
  • En la escuela, se estima que un alumno aprende al menos 10 palabras al día, lo que se traduce en aproximadamente 3,000 palabras al año y 30,000 en 9-10 años de escolarización. Este vocabulario se adquiere a través de la enseñanza, la lectura, la interacción verbal y la constancia.
  • Un vocabulario amplio es esencial para ser un buen receptor (entender lo que otros dicen, ya que no podemos controlar las palabras que usan) y un buen emisor (expresarse con precisión y variar el lenguaje según el interlocutor). Es clave para la comunicación, la comprensión y la vida social.

 

3. Comprensión lectora y el poder del conocimiento previo

 

La comprensión lectora va más allá de entender palabras individuales; requiere vocabulario, fluidez y, crucialmente, conocimientos previos.

 

  • Para entender un texto, el lector debe comprender al menos el 97% o 98% de las palabras. Si no se alcanza este umbral, el lector se pierde y pierde interés.
  • Comprender es casi lo mismo que "leer entre líneas". El ejemplo de los generales Lee y Grant ilustra perfectamente cómo el conocimiento previo (la Guerra Civil Americana) permite a los alumnos entender el contexto implícito en un texto breve, mientras que aquellos sin este conocimiento solo comprenden las palabras básicas.
  • Buscar información en internet no es un sustituto del conocimiento previo; de hecho, requiere tener conocimiento previo para saber qué buscar y cómo interpretarlo (por ejemplo, saber que "Lee" y "Grant" son una pareja histórica de adversarios).
  • La escuela, al proporcionar un horario con conocimientos en muchas materias, dota a los estudiantes de estos conocimientos previos fundamentales para la comprensión lectora.
  • Incluso en la ficción, la comprensión de un texto depende del punto de vista del narrador, lo que permite reflexionar sobre situaciones sociales y emociones, abriendo al lector a la comprensión de otros y de sí mismo. Esto contrasta con las políticas de identidad que promueven la lectura de textos solo conectados con el propio grupo, mientras que la escuela, con su visión universalista, busca precisamente abrir al alumno a otros mundos y grupos.

 

4. Qué ofrecer a nuestros jóvenes lectores: más allá del entretenimiento vacío

 

Enkvist presenta una crítica a la literatura juvenil actual y propone qué buscar en los libros para jóvenes.

 

  • La crítica a la literatura actual: Libros populares como Amanda Black, El Papá Bandido, Dónde Cantan los Árboles, Matilda o Caperucita en Manhattan, aunque vendidos, a menudo carecen de desarrollo moral o psicológico en los personajes. Los eventos suelen ser fortuitos o casuales, y los protagonistas permanecen inmutables. Muchos de estos libros, a pesar de su fantasía, pueden dejar al lector "indiferente" o con la sensación de "tiempo perdido" o "vacío".
  • La propuesta de libros con valor transformador:

Desarrollo y maduración: Libros como The Scarlet Sail de Betty Cavanna (desconocido en español, según la especialista) muestran a jóvenes protagonistas (15 años) que, a través de sus experiencias (relaciones familiares, escolares, nuevos desafíos), aprenden y cambian significativamente a nivel personal y moral. Estos libros presentan a los jóvenes rodeados de adultos competentes y con buenas intenciones, lo que contrasta con la visión de padres mediocres en muchos libros modernos.

Filosofía de vida y fortaleza: Ana de las Tejas Verdes (1908), un clásico inmensamente querido, ofrece una "filosofía de la vida" con un trasfondo de bondad, amistad, optimismo y belleza. La protagonista, Ana, a lo largo de ocho tomos, aprende a superar dificultades, a vivir con los demás sin menoscabo de su dignidad, y su vida (desde huérfana hasta pilar de su comunidad) es un proyecto de maduración y aprendizaje constante. Los personajes cambian y se adaptan.

  • Recomendaciones para los docentes al elegir lecturas:
    • Buscar textos que resuenen con la realidad de los jóvenes, que es una etapa de desarrollo y maduración.
    • Priorizar novelas ambientadas en un mundo más o menos realista, evitando elementos fantásticos que no aporten al crecimiento interno.
    • Elegir libros donde los personajes estén rodeados de personas con buenas intenciones, en un ambiente de bondad y voluntad de entendimiento. Este tipo de lectura puede ser "terapéutico" para los jóvenes.

 

A manera de conclusión

 

Nuestra tarea como docentes es esencial en este ecosistema de la lectura. Debemos reconocer que la lectura es un proceso acumulativo que requiere bases sólidas y una inmersión constante. Al priorizar el desarrollo de vocabulario, el fomento del conocimiento previo y la selección cuidadosa de lecturas que promuevan el crecimiento personal y moral, estamos brindando a nuestros estudiantes además de una habilidad académica el instrumento más importante para abrirse al mundo, tomar contacto con diferentes realidades y convertirse en adultos independientes y responsables. La lectura es una "amistad" privilegiada con autores de cualquier época o lugar, siempre disponibles. Aprovechemos este poder transformador para el beneficio de nuestros alumnos.

 

*Inger Enkvist (Suecia 1947) es una hispanista y pedagoga, catedrática emérita de filología española en la Universidad de Lund y exasesora del Ministerio de Educación sueco. Con formación en filología francesa y doctorada en literatura española, ha traducido y estudiado a Vargas Llosa, Goytisolo y Ortega. Es autora de obras críticas sobre la “nueva pedagogía”, defendiendo un modelo educativo con disciplina, autoridad y foco en conocimientos, memoria y lectura. Promotora de la “escuela tradicional”, critica el “espontaneísmo pedagógico” y la fragmentación del saber. Acuñó el término “angelismo escolar” para describir la desautoridad docente. Ha sido reconocida en España con la condecoración al mérito civil (2008) y premios como el del Instituto Cervantes (2014).

 

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